viernes, 9 de abril de 2010

Guillermo de Ockham: La navaja de Ockham

por sahmael 

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Guillermo de Ockham, también Occam o varias otras grafías (c. 1280/1288 – 1349), fue un fraile franciscano y filósofo escolástico inglés, oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey, cerca de East Horsley. Como franciscano, Guillermo estaba dedicado a una vida de pobreza extrema. Occam murió a causa de la peste negra.

Ockham se unió a la Orden Franciscana siendo aún muy joven y fue educado primero en la casa franciscana de Londres y luego en Oxford. No completó sus estudios en Oxford, pero fue durante este periodo y los años inmediatamente siguientes cuando escribió la mayoría de las obras filosóficas y teológicas sobre las que descansa primordialmente su reputación.

Sus ideas se convirtieron muy pronto en objeto de controversia. Tradicionalmente se ha considerado que fue convocado a Aviñón en 1324 por el Papa Juan XXII acusado de herejía, y pasó cuatro años allí bajo arresto domiciliario mientras sus enseñanzas y escritos eran investigados, si bien esto ha sido recientemente cuestionado. De hecho, puede haber sido enviado a Aviñón en 1324 para enseñar filosofía en la prestigiosa escuela franciscana, y se ganó enemigos entre sus competidores académicos, especialmente los seguidores de Tomás de Aquino (que había sido canonizado por Juan XXII un año antes de la llegada de Ockham), alguno de los cuales acusaron a Ockham de enseñar herejías. Hay evidencias de que no fue hasta 1327 cuando fue realmente convocado ante el Papa para responder por los cargos presentados antes por una comisión de expertos (sin representación franciscana), pero ningún arresto domiciliario siguió a este ejercicio, no emitiendo juicio alguno el Papa. Algún tiempo después del 9 de abril de 1328, ante el ruego de Miguel de Cesena, dirigente de la Orden franciscana, Ockham estudió la controversia entre los franciscanos y el Papado sobre la doctrina de la pobreza apostólica, que se había convertido en principal para la doctrina franciscana, pero que era considerada dudosa y posiblemente herética tanto por el Papado como por los dominicos. Ockham concluyó que el Papa Juan XXII era un herético, posición que defendió más tarde en su obra.

Antes de esperar al dictamen sobre la herejía u ortodoxia de su filosofía, Guillermo huyó de Aviñón el 26 de mayo de 1328 dirigiéndose a Pisa con Miguel de Cesena y otros frailes. Finalmente conseguirían la protección del emperador Luis IV de Baviera. Tras su huida de la corte papal, Ockham fue excomulgado, pero su filosofía nunca fue oficialmente condenada. Guillermo pasó gran parte del resto de su vida escribiendo sobre asuntos políticos, incluyendo la autoridad y derechos de los poderes temporal y espiritual. Se convirtió en el líder de un pequeño grupo de disidentes franciscanos en la corte de Luis en 1342, tras la muerte de Miguel de Cesena.

Murió el 9 de abril de 1347 en el convento franciscano de Múnich, a causa de la peste negra. Fue rehabilitado póstumamente por la Iglesia oficial en 1359.



Ockham ha sido llamado «el mayor nominalista que jamás vivió» y junto con Duns Scoto, su homólogo en el bando realista, una de las dos «mentes especulativas más grandes de la edad media», así como «dos de los metafísicos más profundos que jamás vivieron» (Perice, 1869). Una importante contribución que hizo a la ciencia y cultura intelectual modernas fue mediante el principio de parsimonia en la explicación y construcción de teorías, lo que llegó a conocerse como «Navaja de Ockham». Esta máxima, según la interpretó Bertrand Russell (1946, 462—463), establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla. Es decir, siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables.

Pionero del nominalismo, algunos le consideran el padre de la moderna epistemología y de la filosofía moderna en general, debido a su estricta argumentación de que sólo los individuos existen, más que los universales, esencias o formas supraindividuales, y que los universales son producto de la abstracción de individuos por parte de la mente humana y no tienen existencia fuera de ella. Ockham es considerado a veces un defensor de conceptualismo más que del nominalismo, ya que mientras los nominalistas sostenían que los universales eran meros nombres, es decir, palabras más que realidades existentes, los conceptualistas sostenían que eran conceptos mentales, es decir, los nombres eran nombres de conceptos, que sí existen, aunque sólo en la mente.

Ockham es también cada vez más reconocido como un importante contribuyente al desarrollo de las ideas constitucionales occidentales, especialmente las de gobierno de responsabilidad limitada. Los puntos de vista sobre la responsabilidad monárquica expuestos en su Dialogus (escrito entre 1332 y 1347) tuvieron gran influencia en el movimiento conciliar y ayudaron al surgimiento de ideología democráticas liberales.

En lógica, Ockham trabajó hacia lo que más tarde se llamaría Leyes de De Morgan y consideraría lógica ternaria, es decir, un sistema lógico con tres valores de verdad, un concepto que sería retomado en la lógica matemática de los siglos XIX y XX.

En Derecho se atribuye a Ockham, en el contexto de la querella de la pobreza del Papa Juan XXII con los franciscanos, la introducción o invención del concepto de derecho subjetivo, como un poder correspondiente a un individuo (Opus nonaginta dierum). Ello sin perjuicio de que se discuta su previa aparición en Tomás de Aquino o en el Derecho romano.

Se considera que todo el desarrollo posterior, que alejó la teoría del derecho del derecho natural se debe en gran parte a la teoría nominalista de Ockham. Dado que no se puede establecer con certeza la esencia de un ser, igual que de un ser humano, es imposible desprender de ella derechos. Se puede destacar a pensadores como Thomas Hobbes y John Locke.


* Scriptum in quatuor libros Sententiarum. Contiene el Ordinatio y Quaestiones in II, III, IV Sententiarum (1318 - 1323).
* Expositio aurea super totam artem veterem: Expositio super Porphyrium; Expositio super Librum Praedicamentorum; Expositio super duos Libros Perihermeneias; Expositio super duos Libros Elenchorum (después de 1318).
* Tractatus de praedestinatione et praescientia Dei et de futuris contingentibus (1318 - 1323).
* Logica maior o Summa logicae (1324 - 1328).
* Elementarium logicae o Logica media.
* Logicae tractatus minor.
* Quaestiones in octo libros physicorum, (antes de 1327, probablemente 1324).
* Philosophia naturalis sive summulae in octo libros physicorum, (1324).
* De successivis (hacia 1324, pero algunas informaciones la consideran como obra dudosa).
* Questiones earumque decisiones.
* Quodlibeta septem (antes de 1327).
* Tractatus de corpore Christi o Tractatus primus de quantitate (después de 1323).
* Tractatus de Sacramento Altaris o Tractatus secundus de quantitate (después de 1323).
* Centiloqium theologicum (obra dudosa).
* De principiis theologiae (obra dudosa).
* Opus nonaginta dierum (1330-1332).
* De dogmatibus papae Johannis XXII
* Contra Johannem XXII"
* Compendium errorum Johannis papae XXII"
* Tractatus contra Benedictum
* An princeps, pro suo succursu, scilet guerrae, possit recipere bona ecclesiarum, etiam invito papa (escrito entre 1338 y 1339)
* Dialogus inter magistrum et discipulum de imperatorum et pontificum potestate o Dialogus in tres partes diatinctus (1342-43).
* Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus usurpato (1339 - 1340)
* Epistola defensoria.
* Epistola ad Frates Minores
* Octo quaestionum decisiones super potestatem Summi Pontificis (después de 1339).
* De jurisdictione imperatoris in causis matrimonialibus.
* De electione Caroli IV (última obra).


Navaja de Occam

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La navaja de Occam (navaja de Ockham o principio de economía o de parsimonia) hace referencia a un tipo de razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta. El postulado es Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem, o «No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias».

Es un principio atribuido al fraile franciscano inglés del siglo XIV Guillermo de Ockham que forma la base del reduccionismo metodológico. Este principio ya formaba parte de la filosofía medieval aunque fue Occam quien utilizó este principio de forma filosófica.

Pluralitas non est ponenda sine neccesitate o la pluralidad no se debe postular sin necesidad. En su forma más simple, el principio de Occam indica que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando dos explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible. Si un árbol achicharrado está caído en tierra, podría ser debido a la caída de un rayo o debido a un programa secreto de armas del gobierno. La explicación más simple y suficiente es la más probable —mas no necesariamente la verdadera—, según el principio de Occam. En el caso del árbol, sería la caída del rayo. Por ejemplo, si uno se encuentra en una ciudad y escucha galopar, probablemente se trate de caballos o cebras, pero se debe optar por considerar que son caballos.

Esta regla ha tenido una importancia capital en el desarrollo posterior de la ciencia.



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El principio de la Navaja de Occam se utiliza fundamentalmente como complemento de las leyes de la lógica, con el fin de evitar el pensamiento mágico. Según este principio, siempre que se encuentren varias explicaciones a un fenómeno, se debe escoger la más sencilla que lo explique por completo.

Por ejemplo, para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:

1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el rabito por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
3. Una tormenta a su paso tiró la manzana.

Todas estas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental, pero el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como la más probable, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.

La teoría de la navaja de Occam se aplica a casos prácticos y específicos, englobándose dentro de los principios fundamentales de la filosofía de la escuela nominalista —fundada por el propio Ockham— (conocido en su época como «venerable principiante») que opera sobre conceptos individualizados y casos empíricos.

En economía, el argumento de la navaja de Occam se utiliza en la teoría microeconómica del comportamiento del consumidor. Al no ser necesaria la utilidad cardinal, sino sólo la ordinal para explicar su comportamiento, se escoge esta última, por ser la explicación más sencilla de las dos.

En lingüística, el argumento de la navaja de Occam fue utilizado para revisar la adecuación explicativa (problema de adquisición del lenguaje) del modelo de Aspectos de una teoría de la sintaxis de la gramática generativa de Noam Chomsky. Siguiendo su postulado, la teoría pasó de sostener la adquisición del lenguaje por medio de un gran número de reglas complejas a explicarlo por la existencia de unos pocos principios parametrizables (principios y parámetros, programa minimalista). Esto es muy discutible, ya que la propuesta de Chomsky es racionalista, frente al empirismo propuesto por los seguidores de los postulados de Occam.

En teología, Guillermo afirmó que no es necesario postular más entes de los necesarios:

"[...] en teología, no postular más que aquellos que exija el dogma;en filosofía (metafísica), aquellos que la razón necesite".

Algunos creacionistas sostienen que la navaja de Occam puede ser usada para defender la teoría del creacionismo frente a la evolución. Después de todo, suponer que un Dios lo haya creado todo es aparentemente más simple que la teoría de la evolución.

Sin embargo, el sencillo algoritmo evolutivo –la selección natural– se basta por sí solo para explicar la evolución sin necesidad de multiplicar las causas. La navaja de Occam sirve pues para hacer innecesarios los llamados "ganchos celestes", es decir, las explicaciones extranaturales de los fenómenos naturales. De este modo, se rechaza situar a la entidad más compleja de todas (un Dios omnipotente) en el origen de toda vida en el Universo (o en el origen del propio Universo); al contrario, se busca el principio más simple capaz de generar complejidad.

Ante la creciente complejidad de los equipos y los sistemas de la informática, se ha desarrollado un principio llamado KISS «Keep it Small and Simple» o «Simplifica y funcionará», sobre todo en relación con páginas y portales de internet. A veces, también se traduce como «Keep it simple, stupid!» («¡Mantenlo simple, estúpido!»), en tono más informal, y haciendo alusión al doble sentido de la frase.

1 comentario:

  1. «Keep it simple, stupid!»

    («¡Mantenlo simple, estúpido!»)

    Notable!

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