martes, 27 de abril de 2010

Enriqueta Marti, la vampira

por elu_folk


Sembró de horror la Barcelona de 1912. Secuestraba, prostituía y asesinaba a niños para extraerles la sangre, las grasas y el tuétano de los huesos y elaborar pócimas que sus clientes consideraban mágicas. 


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Enriqueta Martí sembró de horror la Barcelona de 1912. Secuestraba, prostituía y asesinaba a niños para extraerles la sangre, las grasas y el tuétano de los huesos y elaborar pócimas que sus clientes consideraban mágicas. El relato de las dos niñas que liberó la policía fue recogido por la prensa de la época con buena dosis de morbo.
Tras el delicado nombre de Enriqueta Martí se esconde una de las personalidades criminales más feroces de la historia negra de España. Secuestradora, prostituta, alcahueta, falsificadora, corruptora de menores, pederasta, bruja y asesina son algunas de las actividades que ejerció durante su vida esa mujer a la que el pueblo de Barcelona bautizó como "la Vampira del Carrer Ponent".
Y todo empezó de una forma bien simple, con un desmentido oficial que trataba de negar la realidad, algo que ha venido sucediendo siempre a lo largo de la historia. El gobernador civil, nada menos que Portela Valladares, trataba de convencer a todos de que era "completamente falso el rumor que se está extendiendo por Barcelona acerca de la desaparición durante los últimos meses de niños y niñas de corta edad que según las habladurías populacheras habrían sido secuestrados…".


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Pero el rumor, ese runrún que se extendía por calles y plazas, mercados y patios de vecinos, era completamente cierto. Eran muchos los niños que a diario desaparecían en las grandes ciudades durante aquellos años y los padres, para amedrentar a sus hijos, para hacerlos más precavidos, les contaban tétricos relatos sobre "el hombre del saco".
Por aquellos días de febrero de 1912, apenas tres años después de la Semana Trágica, la mayor parte de ciudadanos de Barcelona andaban preocupados por la desaparición de una niña de cinco años llamada Teresita Guitart sobre cuyos detalles y circunstancias se estaba extendiendo ampliamente la prensa.

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La niña que sobrevivio.

Había ocurrido a la caída de la tarde del 10 de febrero en la calle de San Vicente. Ya era casi de noche cuando Ana, la madre de Teresita, se había detenido a la puerta de su domicilio a charlar con una vecina y le soltó la mano a la pequeña en la creencia de que subiría sola hasta el piso. Pero no fue así. Cuando el marido vio llegar a su esposa sin Teresita, preguntó extrañado: "¿Y la nena?". La buena mujer lanzó un grito y bajó corriendo a la calle, pero ya era demasiado tarde, no había rastro de la niña.
Lo que había ocurrido era que Teresita, en lugar de subir a su casa, se alejó un poco, curioseando, y de repente sintió que una mano cogía la suya y que una mujer extraña le decía con acento mimoso: "Ven, bonita, ven, que tengo dulces para ti". La pequeña, ilusionada, se dejó llevar un trecho, pero, al ver que se alejaba demasiado de donde estaba su madre, soltó su manita y trató de regresar. Demasiado tarde. La desconocida desplegó un trapo negro con el que cubrió por completo a la niña, la agarró en brazos para ahogar sus sollozos y protestas, y se perdió con su presa en las sombras de la noche.
Y Barcelona vivió más de dos semanas con el corazón en un puño pensando en la suerte que habría podido correr la infeliz Teresita Guitart. Todos los esfuerzos policiales resultaron, como casi siempre, nulos. Sería una vecina fisgona, una chafardera, la que descubriría el paradero de la niña desaparecida.
Se llamaba Claudina Elías, y un buen día se fijó en la carita de una niña que la miraba a través de los sucios cristales de un ventanuco y le pareció que su expresión era implorante. Era la casa de la vecina del entresuelo, en la que vivía con un niño y una niña, pero el deplorable rostro de aquella criatura de cabeza rapada no le resultaba familiar. "Mira que si se tratara de la desaparecida Teresita". Se lo comentó al colchonero que tenía la tienda en la misma calle de Poniente (hoy Joaquín Costa) y éste se lo hizo saber al municipal José Asens, quien se lo comunicó a su jefe, el brigada Ribot.
Y fue éste el que a primera hora de la mañana del 27 de febrero de 1912 llamó a la puerta del entresuelo 1ª del número 29 de la calle de Poniente. Le abrió una mujer que acababa de despertarse.
-Buenos días. Vengo a inspeccionar su domicilio, pues hemos tenido una denuncia de que tiene usted gallinas.
-¿Gallinas? ¿A quién se le ocurre? Eso es mentira.
-Si me permite…
Y el brigada Ribot penetró en el piso descubriendo al fondo del pasillo a dos niñas de corta edad. La dueña de la casa reaccionó y le dijo que sin una orden del juez no podía pasar. Pero era tarde. Ribot se acercó a la pequeña, que tenía la cabeza rapada.-¿Cómo te llamas, guapa?
-Felicidad
-¿No te llamas Teresita?

La niña vaciló y acabó diciendo: "Aquí me llaman Felicidad". Ribot preguntó a la mujer quién era aquella niña y ella respondió que no lo sabía, que se la había encontrado en la Ronda de San Pablo el día anterior y le había dicho que estaba perdida y que tenía hambre y ella se la había llevado a casa. "La otra es mi hija y se llama Angelita", añadió. No había ningún rastro del niño que la vecina decía haber visto en repetidas ocasiones.


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teresita, la niña que sobrevivio

¿quien era esta mujer?
Una vez en la Jefatura de Policía, que entonces estaba en la calle de Sepúlveda y cuyo máximo responsable era José Millán Astray, la secuestradora fue identificada como Enriqueta Martí Ripollés, de 43 años y con antecedentes… por corrupción de menores.
Había sido detenida en 1909 en su domicilio de la calle de Minerva, donde descubrieron que tenía un prostíbulo de menores de ambos sexos y de edades que iban desde los cinco hasta los 16 años. Con ella había sido detenido un cliente joven que resultó ser hijo de familia distinguida. Enriqueta fue procesada, pero la causa se perdió en los archivos gracias a las influencias ejercidas por una persona muy conocida y muy poderosa de la ciudad.
La vida de Enriqueta Martí estuvo siempre muy relacionada con la prostitución. Ella misma comenzó a ejercerla antes de cumplir 20 años, el día en que se dio cuenta de que siendo criada no se llegaba a ninguna parte. Fornicó en los lupanares de más baja estofa de la zona vieja y marinera de la Puerta de Santa Madrona hasta que un día decidió probar fortuna casándose con un pintor incomprendido y fracasado, Juan Pujaló, un pobre tipo que se alimentaba de alpiste, como los pájaros, porque lo había aprendido en un manual de naturismo. Diez años duró la relación, aunque hasta seis veces se separaron en este periodo. La última y definitiva había sido cinco años antes.
Por eso la policía pudo descubrir que Angelita no era hija de Enriqueta porque así lo declaró el infeliz de Pujaló, que explicó que el fracaso de su matrimonio se debía a que "Enriqueta es muy aficionada a los hombres y acostumbra a frecuentar ciertas casas que a mí no me gustan". Posteriormente, los médicos comprobaron que efectivamente Enriqueta nunca había dado a luz.
¿Quién era, pues, Angelita y dónde estaba el niño que vivía con ella en la calle de Poniente? Enriqueta no fue nada explícita en sus declaraciones y siguió manteniendo que la niña era suya aunque semanas después reconocería que se la había quitado nada más nacer a una cuñada a la que hizo creer que lo había perdido en el parto. En cuanto al niño, explicó que se llamaba Pepito, que tenía cinco años y que se lo habían dejado para que lo cuidara. "Pero como se puso malito lo llevé fuera de Barcelona para que se cure".
Poco a poco, a base de testigos que se presentaban espontáneamente a declarar, pudo irse trazando la personalidad de la secuestradora. A pesar de que no tenía problemas económicos, solía mendigar y acudía, vestida como una pordiosera y acompañada casi siempre de un niño o una niña, a centros de acogida, conventos, parroquias y asilos pidiendo limosna y comida.
Ésta era su ocupación por las mañanas, pero a media tarde salía de su casa elegantemente vestida con sedas y terciopelos y tocada la cabeza con pelucas y sombreros. ¿Qué lugares frecuentaba? ¿A quién visitaba?.

Las declaraciones de las dos niñas, fundamentalmente la de Angelita, vinieron a demostrar que Enriqueta Martí era mucho más que una alcahueta secuestradora y corruptora de niños. Teresita contó al juez que aquella mujer, nada más llegar al piso, le dijo: "¿Verdad que sientes picor en la cabeza? Anda, hija mía, déjate cortar el pelito y te pondrás buena".
La niña se dejó hacer mientras la mujer le decía que a partir de ahora se iba a llamar Felicidad y que ya no tenía padres y que ella era su madre y que tenía que llamarla "mamá" cuando salieran a la calle. Pero nunca salió a la calle ni le estaba permitido asomarse al balcón o a las ventanas. Le daba mal de comer -patatas y pan duro-; no le pegaba, pero solía darle fuertes pellizcos.
Su única distracción era jugar con Angelita, porque ella no llegó nunca a ver a Pepito en la casa. A veces se quedaban las dos solas y era cuando tenían más miedo y todos los ruidos las asustaban. Pero un día Angelita le dijo: "Vamos a ver qué tiene mamá en los sitios donde no nos deja entrar". Y entrelazando sus manitas penetraron casi a oscuras en las habitaciones prohibidas. Teresita tropezó con algo que resultó ser un saco. Lo abrieron y, al descubrir su contenido, lanzaron un grito de horror: había un cuchillo grande y unas ropas de niño manchadas de sangre.
La declaración de Angelita fue aún más sobrecogedora. Ella sí conoció a Pepito, un niño rubio de su misma edad con el que solía jugar hasta que un día… "Mamá no se dio cuenta de que yo la vi cómo cogía a Pepito, lo ponía sobre la mesa del comedor y lo mataba con un cuchillo. Yo me fui a mi cama y me hice la dormida".

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La Vampiresa

Tanto impresionaron al pueblo de Barcelona las declaraciones de las dos pequeñas que se abrieron suscripciones populares para abrirles una libreta de la Caja de Ahorros y hasta fueron presentadas en público. En el teatro Tívoli, por ejemplo, se celebró una función en su honor y en los carteles se decía: "Teresita y Angelita asistirán a la representación desde un palco".
Pero lo más tremendo todavía estaba por llegar. Fue a raíz del registro que se produjo en el entresuelo de la calle de Poniente. Los del juzgado se quedaron atónitos cuando entre aquellas habitaciones sórdidas y malolientes descubrieron un suntuoso salón amueblado con gusto exquisito. El mobiliario, las lámparas, el cortinaje, las butacas y los sofás debían de haber costado una fortuna.
En un armario colgaban dos trajecitos de niño y otros dos de niña; había medias de seda y zapatitos a juego con los trajes. Y también fueron encontrados las pelucas rizadas y los finos trajes de confección que Enriqueta vestía en sus misteriosas salidas.
Un paquete de cartas llamó la atención de los funcionarios. La mayoría estaban escritas en lenguaje cifrado, y abundaban en ellas las contraseñas y las firmas con iniciales. Apareció también una lista, una relación de nombres, que daría mucho que hablar a la opinión pública.

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En la cocina encontraron el saco del que habían hablado las dos niñas y, efectivamente, contenía un trajecito de niño y un cuchillo ensangrentados. En otra habitación descubrieron un saco de lona, aparentemente lleno de ropa sucia y vieja, pero en cuyo fondo había huesos de reducido tamaño que posteriormente se confirmaría que eran de criaturas infantiles.
Hasta 30 se contaron entre costillas, clavículas, rótulas… Todos ellos presentaban la particularidad de que tenían señales de haber sido expuestos al fuego, lo que, según los médicos, excluía que pudieran servir para estudios anatómicos y hacía suponer que más bien los pobres niños habían sido sacrificados para extraer grasa de sus cuerpecitos. Esta afirmación era en respuesta a la explicación que días más tarde daría Enriqueta justificando que tenía recogidos aquellos huesos para estudios de anatomía.
Tras un armario descubrieron la cabellera rubia de una niña de unos tres años, y la macabra expedición concluyó en una habitación cuya cerradura tuvieron que forzar y en la que aparecieron medio centenar de frascos, rellenos, unos, de sangre coagulada; otros, de grasas, y el resto, con sustancias que fueron enviadas a un laboratorio para su análisis.
Junto a las pócimas había un libro antiquísimo con tapas de pergamino que contenía fórmulas extrañas y misteriosas. Y también un cuaderno grande lleno de recetas de curandero para toda clase de enfermedades, escritas a mano, en catalán y con letra refinada.
A partir de aquel descubrimiento no se hablaba de otra cosa en la ciudad más que de Enriqueta Martí, y los principales periódicos nacionales, que por entonces se componían de unas 16 páginas, le dedicaban a diario un par de ellas para contar, como si fuera un folletín, las novedades del caso bajo titulares como: "Los misterios de Barcelona".

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Entre los testimonios de personas que trataron a Enriqueta o sufrieron sus actividades se contaban historias tan dramáticas como la de una mujer de Alcañiz que acababa de llegar a Barcelona a buscar trabajo con un bebé en brazos. La buena mujer se sintió desfallecer y se sentó en el umbral de una casa. Una desconocida, de tono amable, se le acercó; era Enriqueta. -¡Qué nena tan bonita!, ¿quiere que le dé un rato el pecho?
-A mi hija nadie le da el pecho más que yo -respondió la baturra.
-Pues a mí me gustaría dárselo. Me parece que lo que usted tiene es hambre. Vamos a esa lechería, que le pago un vaso de leche. ¡Pobre mujer! Traiga, que ya le llevaré yo a la niña.
Y la mujer, que estaba desfallecida de hambre, siguió a la desconocida y entró con ella en la lechería. Enriqueta pidió un vaso de leche y exclamó de repente:
-Pero le sentará mejor con pan. Espere, que ahora mismo lo traigo.
Salió con el bebé en brazos y nunca regresó. Seis años tuvieron que pasar hasta que la desgraciada mujer de Alcañiz volviera a ver frente a ella, para identificarla, a la que le había robado a su hijo y sabe Dios lo que habría hecho con él.

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Ante las abrumadoras pruebas, Enriqueta acabó reconociendo que era curandera y que vendía filtros y ungüentos. "Confecciono remedios utilizando determinadas partes del cuerpo humano". Y, de forma repentina, vociferó: "¡Que registren el piso! ¡Que piquen bien las paredes y encontrarán algo! Como sé que me subirán al patíbulo, quiero que conmigo suban los demás culpables".
No tan sólo el piso de la calle de Poniente fue registrado a fondo, sino también los otros domicilios que Enriqueta había tenido durante los diez últimos años. Y el resultado fue aterrador: en un piso de la calle de Picalqués fue descubierto un falso tabique que ocultaba un hueco en el que aparecieron más huesos, entre ellos varios de manos de niño. Dice la crónica que "con los huesos fue encontrado un calcetín de niño que debió de pertenecer a un hijo de familia muy humilde, porque está zurcido y añadido desde su mitad con hilo de otro color".

En un piso de la calle de Tallers, en un escondrijo, hallaron huesos y dos cabelleras rubias de niñas de corta edad. En una torre de Sant Feliu de Llobregat aparecieron libros de recetas y nuevos frascos con sustancias desconocidas. Y finalmente, en el patio de una casa de la calle de los Jocs Florals de Sants descubrieron el cráneo de un niño de unos tres años, que todavía presentaba adheridos a la piel algunos cabellos y una serie de huesos que los forenses reconocieron como pertenecientes a tres niños de tres, seis y ocho años.
Diez fueron las criaturas identificadas como víctimas de Enriqueta que se incluyeron en el sumario. Los periódicos escribieron frases como: "Esos huesos hablan de crímenes bárbaros, y esos emplastos y esas curas, de supercherías medievales". Y Millán Astray, jefe superior de policía, definió a la Martí como "una neurótica que se creía curandera, un caso de bruja antigua que hubiera sido quemada en Zocodover".

No cabe duda de que la Martí utilizaba a los niños que secuestraba en una explotación doble: como objetos de placer para sus degenerados clientes y como materia prima para elaborar sus potingues. Llegó a especularse, y así lo recogen el escritor Núñez de Prado y el abogado leonés Jesús Callejo, que el origen de las actividades como hechicera de Enriqueta podría estar en que "en una de esas orgías pederásticas, uno de los niños perdió la vida y a partir de aquel momento decidió extraerles la sangre y no desperdiciar ni siquiera el tuétano y los huesos de sus víctimas".
En aquella época, la tuberculosis hacía estragos, y estaba muy extendida la creencia de que el mejor remedio para detenerla era beber sangre humana y aplicarse sobre el pecho cataplasmas de grasas infantiles. Tan sólo dos años antes, un suceso había alarmado a España entera: el crimen de Gádor, en el que un curandero, Francisco Leona, había sacrificado a un niño de siete años, Bernardo González, para que el rico propietario Francisco Ortega curara la tisis que padecía bebiendo la sangre de la criatura y aplicándose sus "mantecas" sobre el pecho.

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A nadie escapaba que tras los aberrantes crímenes de Enriqueta Martí tenía que haber personas con suficientes recursos económicos para satisfacer sus pervertidas necesidades. Y es en ese punto donde aparece la famosa lista de nombres hallada en el tugurio de la calle de Poniente, una lista de la que todo el mundo hablaba pero nadie conocía, una relación de nombres y domicilios en la que, se rumoreaba, figuraban médicos, abogados, comerciantes, algún escritor, políticos y otras personalidades.
La indignación y la furia comenzaron a apoderarse del pueblo de Barcelona, y la prensa más conservadora corrió a calmar los ánimos para evitar males mayores. Así, Abc llegó a decir que "los nombres y domicilios contenidos en esta lista son de gentes conocidas por su amor a la caridad, gentes que fueron víctimas de las socaliñas (que significa 'engaños') de la hechicera, que las conocía por haber acudido a sus casas a pedir limosna".

Para evitar el suicidio de Enriqueta se tomaron todo tipo de precauciones. "La cama de la Martí está colocada frente por frente a las de sus tres compañeras de reclusión para que éstas no la pierdan de vista, cualquiera que sea la posición que aquélla adopte para dormir, y tienen orden de destaparle la cara si ven que se cubre la cabeza con las ropas de la cama para evitar que con sus dientes se seccione una vena de la muñeca".
Sin embargo, el interés por el tema comenzó a decaer al no producirse nuevos descubrimientos macabros y entrar toda la investigación en una fase rutinaria y farragosa. El periodista Luis Antón del Olmet concluía así la larga y espléndida serie de reportajes que dedicó al caso: "Estamos ante una de las criminales más tremendas y crueles de las que se tienen noticia. Movida por un fanatismo vesánico, ha ido matando niños durante diez años para sacarles las grasas y fabricar ungüentos. Es un caso inaudito, monstruoso, del que se hablará muchos años con estupor. Enriqueta Martí ha de tener leyenda, pero ¿será cosa de seguir glosando indefinidamente este suceso?".


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Y para rematar la pérdida de interés por el tema, a mediados de abril, un transatlántico se hundió tras chocar con un iceberg. Se llamaba Titanic y las noticias sobre aquel desastre apartaron definitivamente de las rotativas a la Vampira del Carrer Ponent.
Meses después se supo que Enriqueta Martí había fallecido en el patio de la cárcel linchada por sus compañeras presas. Se especuló que antes de ser golpeada ya estaba muerta, envenenada por encargo de alguien interesado en su desaparición. Nada se pudo probar. Lo único cierto es que nunca llegó a celebrarse el juicio, que aquellas personas que figuraban en la lista, "tan amantes de la caridad", se acostaron aquel día más tranquilas y que Enriqueta Martí Ripollés se convirtió en leyenda.

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El Pueblo que desapareció

por elu_folk


Se cuenta que hace muchos años desaparecio un pueblo entero en Canada, de vez en cuando la policía todavía vuelve a intentar descubrir la causa por la que un pueblo entero de mil doscientos habitantes e incluso los muertos de sus tumbas, se desvanecieron sin dejar ningún rastro, en la oscuridad de un invierno boreal... 


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El misterio comenzó en 1930, cuando el cazador Arnand Laurent y sus dos hijos vieron un extraño destello que cruzaba el cielo septentrional del Canadá. Laurent declaró que la luz cambiaba de forma por momentos, de modo que en un instante era cilíndrica y al siguiente parecía una bala enorme. Pocos días después, un par de miembros de la policía montada que iban camino del lago Anjikuni se detuvo en la cabaña de Laurent en busca de un abrigo. Uno de ellos explicó que en el lago había “algo así como un problema”. El policía preguntó al confundido Laurent si la luz que había visto se dirigía hacia el lago y éste le respondió afirmativamente.
El policía movió la cabeza sin más comentarios, durante los años siguientes los Laurent no volvieron a ser interrogados. Ese fue un descuido comprensible pues la Real Policía Montada de Canadá ya estaba ocupada en esa época con el caso más extraño de su historia...


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Pueblo cerca del lago Anjikuni

Cuando otro cazador, llamado Joe Labelle, marchaba con sus raquetas de nieve hacia el pueblo junto al lago Anjikuni, se sintió agobiado por una extraña sensación de pavor. Normalmente, aquel era un ruidoso núcleo rural de mil doscientas personas y ese día, Joe hubiera esperado oír a los perros de los trineos que ladraban para darle su habitual bienvenida.
Pero las chozas rodeadas por la nieve estaban recluidas en el silencio, y no salía huno de ninguna chimenea.
Al pasar por la orilla del lago Anjikuni, el cazador vio que los botes y los kayaks todavía se hallaban amarrados a la orilla. Sin embargo, cuando fue de puerta en puerta, solamente encontró una soledad misteriosa. Aún estaban apoyados en las puertas los apreciados rifles de los hombres. Ningún viajero esquimal dejaría jamás su rifle en casa.
Dentro de las cabañas, las ollas de caribú guisado estaban mohosas sobre los fuegos apagados hacía mucho tiempo. Sobre un camastro había un anorak remendado a medias y dos agujas de hueso junto a la prenda.
Pero Labelle no encontró cuerpos, ni vivos ni muertos, ni tampoco señales de violencia.

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En algún, momento de un día normal -cerca del almuerzo según parecía- se produjo una repentina interrupción en el trabajo diario, pero lo que la vida y el tiempo parecían haberse detenido en seco.
Joe Labelle fue a la oficina de telégrafos y transmitió su informe al cuartel general de la Real Policía Montada de Canadá. Todos los oficiales disponibles fueron enviados a la zona de Anjikuni. Al cabo de unas pocas horas de búsqueda, los policías montados dieron con los perros de los trineos perdidos. Estaban atados a los árboles cerca del pueblo y sus cuerpos se hallaban bajo una sólida capa de nieve. Habían muerto de hambre y de frío.
En lo que fuera el cementerio de Anjikuni, se produjo otro descubrimiento escalofriante. Ahora, era un lugar de grandes tumbas abiertas, de las cuales, bajo una temperatura glacial, alguien se había llevado los cadáveres.

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No se veían huellas fuera del pueblo, ni tampoco posibles medios de transporte por los cuales la gente pudiera haber huido. Sin poder creer que mil doscientas personas pudieran desvanecerse de la faz de la tierra, la Real Policía Montada de Canadá amplió su búsqueda. Con el tiempo, la investigación cubría todo el Canadá y continuaría durante años. Pero después de tantos años, el caso sigue sin solución.

El cordón de plata

por kioshi


Estimados, aqui les traigo info sobre que es el cordón del plata, solo me focalizo en esto, por que es concepto regular en el mundo esotérico, aunque buscando info solo que encontre lo más básico, y lo quiero compartir, me gustaria dejar abierta la puerta para que debatieramos su origen, cuado aparece, que otra función cumple además de la que cumple en los viajes astrales, y ¿será este tb el medio que nos une a una energía superior?... saludos

¿Qué es el cordón de Plata?


El cordón de plata es conocido en el mundo esotérico como el vínculo incorpóreo entre el alma y el cuerpo físico… “Al Cordón de Plata se le llama así porque a pesar de que el conjunto de partículas que lo forman contienen todos los colores existentes, su conjunto visto desde fuera parece plateado”


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Según http://www.viajesenelastral.org/html/cordon_plata.htm

Éste es una masa de moléculas que vibran a una velocidad altísima. Es muy parecido al cordón umbilical que une a la madre con su hijo. Todos los impulsos, impresiones y alimento fluyen de ella a su pequeño, aún no nacido.
Este cordón es infinitamente extensible y sin límites, y el ser humano que viaja en el astral al separarse de su cuerpo flota al extremo del Cordón de Plata de una forma similar a la de una cometa al final de una cuerda. Cuando el cuerpo físico demanda su parte astral éste es tirado hacia abajo de igual forma como si tiramos de una cometa.
Cuando el cuerpo humano muere el Cordón de Plata se corta y el cuerpo es dejado aparte, como si fuera ropa vieja e inservible que ya terminó su función, mientras el espíritu continúa.




Según http://www.haciaeldespertar.org/viajeastral2.htm

Aunque el cordón de plata suele considerarse algo "real" en el campo de las experiencias extracorpóreas, lo cierto es que su naturaleza suele variar bastante según las culturas.
Tradicionalmente se cree que el "cordón de plata" se alarga hasta grandes distancias cuando el doble viaja lejos del físico. No siempre se ve pero puede sentirse como si tirara del cuerpo. Cuando la muerte sobreviene naturalmente, el cuerpo astral se afloja poco a poco, elevando el físico y luego se rompe para permitir que los cuerpos superiores se eleven.


Bonus
ANATOMÍA DE LA EXPERIENCIA EXTRACORPÓREA


Características básicas:

Percepciones y sonidos raros: 

• Al salir del cuerpo muchas personas sienten un clic en la cabeza, un sobresalto, un apagón o un viaje por un largo túnel.
• Inmediatamente antes de la salida del cuerpo puede haber un sueño de volar o de caer al vacío o de dar vueltas en espiral (sobre todo bajo anestesia).
• Audición de voces, ruido de pasos, zumbidos o rugidos intensos.
• Parálisis física temporal con intensas imágenes hipnogógicas.
• Fuertes vibraciones del cuerpo.
• Algunos ven cambiar de tamaño y forma a su cuerpo.
• Mayor agudeza auditiva.
• Frustrante mezcla de información cierta y errónea.
• Algunos afirman tener experiencias de precognición u otras habilidades psíquicas.

Visiones: 
• Del cuerpo propio tumbado en el lecho. La forma en que lo visualizamos depende de nuestras expectativas, pero lo habitual es verse tal y como uno es en el mundo físico, es decir, se tiene una visión del doble propio.
• Algunas personas tienen otro cuerpo, pero muchas no y cuando se miran en un espejo durante la proyección no se ven reflejadas.
• Durante la transición a veces parece que el cuerpo físico es asistido por amparadores (espíritus que ayudan) o obstaculizadores (espíritus que dificultan el ascenso). Son el equivalente de los seres angélicos y demoníacos.
• Muchas personas ven el mundo cotidiano que les rodea, es decir, su entorno físico real, aunque no suele corresponderse exactamente con el entorno físico inmediato.
• Mayor realismo que cuando se vive la realidad cotidiana: sensación de que los colores y formas son más brillantes y nítidos. Por otra parte, el mundo visto durante la EEC puede variar desde una versión bastante realista de la situación presente hasta una versión distorsionada de la misma pasando por un mundo más allá del proyector con regiones de belleza inefable, paradisíacas, o bien infernales.
• Amigos y familiares vivos y fallecidos a los que se puede hablar y escuchar.
• Una pequeña proporción de personas ven un cordón (a veces de plata) que une el cuerpo físico con el supuesto doble astral, pero la mayoría no.

Circunstancias en que se produce
Espontáneas 
• Durante el sueño (al despertarse o al dormirse)
• En estados de inconsciencia por situaciones cercanas a la muerte provocadas por accidentes o enfermedades graves con intervención quirúrgica y bajo anestesia.
• Gran relajación física, felicidad y paz mental.
• Gran dolor físico.
• Hambre.
• Soledad.
• Privación sensorial y sexual.
• En situaciones activas (conduciendo un vehículo, caminando, teniendo un orgasmo, etc.).
• Gran cansancio o estrés emocional.
Inducidas: 
• Ingestión de drogas (especialmente marihuana y ketamina).
• Largos periodos de meditación.
• Autosugestión hipnótica.
• Rituales religiosos con cantos prolongados o danzas.
Conscientes: 
• Mediante la práctica de técnicas específicas se cultiva la facultad de inducirlas a voluntad.
Emociones:
• Las reacciones pueden ir del placer al terror, de la alegría a la indiferencia. Cuando son positivas los sujetos parecen sentirse bien en dicho estado, incluso pueden comentar lo real o sólido del mismo.
• Describen felicidad extrema, excitación, euforia, júbilo, así como vitalidad y bienestar generales, aunque el cuerpo esté enfermo en el momento de la experiencia.
• Las emociones negativas suelen manifestarse en un miedo injustificado de no poder regresar al cuerpo físico, pero de hecho se regresa al mismo con sólo pensarlo y desearlo. A veces temor a morirse, a perderse o a que el cuerpo sea poseído por alguna entidad maléfica.

sábado, 10 de abril de 2010

Hombres lobos


La reaparición del hombre lobo en el cine y la televisión, y el misterio que conserva su figura, nos invitan a revisar una de las leyendas más fascinantes e intrincadas de la cultura occidental, escrita, reescrita, transformada y adaptada a lo largo de milenios.

El regreso del Hombre Lobo:

Mito y Realidad
FUENTE: Muy Interesante - Marzo 2010.


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Para comprender bien el origen y significado de las leyendas de los hombres lobo, comencemos por caracterizar a esta criatura mírica, temida y admirada, a través de losdatos que nos ofrece el libro Animal editado por The Smithsonian Institution en 1996. Miembro de la familia Canidae, el Hombre Lobo o Licántropo es pariente cercano de los perros, los coyotes, los chacales y los zorros, reconocidos por su gran resistencia, destacando por su comportamiento oportunista y adaptable. Sus cuerpos son musculosos y están cubiertos de un pelaje de color uniforme. Tienen cuatro dedos en las patas traseras y cinco en las delanteras. Cuentan con zarpas (dedos en los animales que no se mueven con independencia unos de otros), que son cortas que no se retraen, de punta roma. Su verdadero poder radica en sus quijadas largas y dientes caninos (que solemos llamar "colmillos") y que les sirven para herir profundamente a sus presas, así como en los molares carniceros en la parte posterior de la quijada, muelas muy desarrolladas, cortantes y punzantes. Todos los cánidos detectan a sus presas gracias a su poderoso olfato y cuentan con un oído muy desarrollado. Su vista es potente, sin embargo no resulta un sentido tan relevante. Las especies pequeñas de los cánidos, como los chacales y los zorros, viven solos o en parejas; las especies mayores, como los lobos, lo hacen en manadas.
El famoso protagonista de cuentos y leyendas es el lobo gris o canis lupus, el miembro salvaje más grande de la familia de los cánidos. Habitante de Norteamérica, Groenlandia,Europa y Asia, mide entre 1 y 1.5 metros, sin contar la cola, que puede alcanzar hasta 51 centímetros; su peso oscila entre los 16 y los 60 kilos. En alguna época fue el animal carnívoro más extendido en el mundo; no obstante, con el desarrollo de la ganadería se le consideró una plaga por sus recurrentes ataques y se inició su exterminio masivo. Un caso ejemplar es el del lobo mexicano (Can/s lupus baileyi), una de las especies más pequeñas. En la década de 1950 Estados Unidos y México iniciaron una campaña masiva para extinguirlo, por lo que actualmente quedan apenas 200 ejemplares.




Los lobos han demostrado que la organización social no es exclusiva de los seres humanos. Para sobrevivir se agrupan en manadas de 8 a 12 individuos con una jerarquía bastante definida a cuya cabeza se encuentra una pareja dominante de hembra y macho. Las manadas patrullan territorios, los marcan con su aroma y cazan en grupo, lo que les permite apoderarse de presas mucho mayores que ellos, como el alce o el caribú. Una de las expresiones más asombrosas de esta especie es el profundo aullido que emiten mientras alzan la cabeza para anunciar su presencia, definir y defender sus territorios. Éste es audible a distancias de seis kilómetros y mantiene alejadas a las manadas rivales.
En esta caracterización hallamos varios elementos temibles y fascinantes a la vez: una mezcla de belleza, agresividad, liderazgo, orden y acción en equipo, envidiable para el ser humano. Tal vez esa es la razón más des-tacable para la fusión imaginaria del Homo sapiens y el Canis lupus. La otra es, sin duda, la permanente rivalidad entre hombre y lobo a lo largo de la historia. Puede decirse que han intercambiado sus papeles de depredadores y víctimas, y tal vez la mejor forma de superar este conflicto consistió en fundirlos en un solo ser con la capacidad de la transmutación. No olvidemos un importante detalle: a través de la contrastante relación entre los hombres y los lobos, hace unos 15 mil años se produjo el proceso de domesticación de estos últimos que dio origen a los perros, el primer animal criado y domesticado por el ser humano. La investigadora Tanya Dewey, del Museo de Zoología de Michigan, afirma que la principal evidencia se encuentra en el mapa genético de ambos. Los perros son lobos domesticados, de allí su nombre taxonómico: Can/5 lupus familiarís.

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• Los orígenes del mito.

Las historias de los hombre-lobo o licántropos (palabra conformada por las raíces griegas ¡ykos, o lobo, y anthi'opos, u hombre) se remontan a los mitos de las culturas antiguas donde la división imaginaria entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y los animales, no estaba marcada tan radicalmente como hoy. Las encontramos en diversas tradiciones europeas, ya que cuando comenzaron a hacer asentamientos, el bosque se transformó no sólo en un lugar para obtener alimentos, sino también en fuente de mitos y leyendas. Si bien los lobos ya eran conocidos por ellos, las grandes oleadas migratorias indoeuropeas, trajeron consigo las diferentes denominaciones con las que era conocido el lobo: Vrika, Lycos, Lupus, Vulf, Wilf, Irfus y Wolf, aunque el vocablo que los designa en general es el de Vrik.



Pero en Mesoamerica también encontramos esta tradición, aunque con algunos matices, especialmente dentro de la mitología maya, azteca y tolteca, transformado en nagual -el espíritu de un animal que protege a la persona desde su nacimiento-, aunque también se rastrean similitudes con tradiciones españolas y en antiquísimos relatos de Europa del este.
Algunos historiadores las remontan a Egipto y Grecia. Los egipcios asociaban al lobo con Upuat, deidad relacionada con el mundo inferior, la muerte y la guerra, a quien representaban con cuerpo humanizado negro y cabeza
blanca de perro o chacal. Los griegos lo interpretaron como un lobo, de donde procede su ciudad, ücópolis. Upuat era el compañero de Anubis: éste abre y cierra las puertas de los caminos de la vida y la muerte -es el señor de la Necrópolis-, y ayuda a guiar el alma de los muertos al otro lado del Nilo; Upuat le ayuda a llevar a las almas en el tránsito desde la vida a la muerte y posteriormente a la reencarnación. El investigador Christopher W. Blackwell, profesor de Estudios Clásicos en la Universidad de Furman, en Greenville, Carolina del Sur, y autor de varios libros sobre mitología, refiere la primera leyenda sobre un hombre lobo claramente identificado.
De acuerdo con ella, Zeus, la figura máxima del Olimpo, estaba afligido por la maldad del género humano y decidió visitar la Tierra para ponerlo a prueba. El primer individuo de su examen fue un tal Licaón, tirano de algún punto de la Hélade. Zeus se presentó en su casa, le informó que era el rey del Olimpo y le pidió que lo invitara a cenar. Creyendo que se trataba de un farsante, Licaón quiso desenmascararlo mediante un perverso plan: servirle carne humana como platillo principal. Con tal propósito, ordenó el sacrificio y la preparación de un prisionero de guerra. Zeus reconoció el ingrediente y aplicó un castigo ejemplar al tirano: convertirlo en lobo.
Los cántabros, habitantes del norte de la Península Ibérica, entre cuyas tribus se contaban los avariginos, los coniscos, los orge-nomescos y los vadinienses alrededor del año 195 a.C, son otro buen ejemplo de la li-cantropía antigua. En su obra Los cántabros antes de Roma el arqueólogo e historiador español Eduardo Peralta Labrador sostiene que la costumbre de vestir las pieles de animales sacrificados obedecía al deseo de apropiarse mágicamente de sus cualidades. Así como los guerreros mexicas portaban la piel del jaguar y el plumaje del águila, los cántabros preferían la de osos y lobos, lo que dio lugar a historias de licantropía. Peralta Labrador se apoya en los argumentos expuestos por el filósofo, historiador y escritor rumano Mircea Eliade (1907-1986) en su ensayo Sobre las relaciones existentes entre el fuego y el culto a los antepasados.
De acuerdo con Eliade, la transformación de un guerrero adolescente en fiera (tal como la que se ha supuesto en todas las historias posteriores de licantropía) no buscaba sólo que adoptara la bravura, la astucia o la fuerza física de los lobos; era, más bien, Í4una experiencia mágico-religiosa que modificaba radicalmente su forma de ser humana por un acceso de furia agresiva, por un furor heroico que lo hada invencible y lo desligaba de las leyes y las costumbres humanas, convirtiéndose en superhombre porque conseguía asimilarse a la fuerza mágico-religiosa de los animales carnívoros, dedicándose a partir de entonces a las incursiones predatorias, y produciéndose una auténtica solidaridad mística del guerrero con el lobo".

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• La leyenda revive.

El caso de los cántabros explica, en términos generales, el origen de la leyenda, proceso
común en culturas de distintas latiaides y sus religiones primitivas. Para comprender su persistencia hasta nuestro presente es indispensable mencionar una característica central de las leyendas: se transmiten de generación en generación; con el paso del tiempo su contexto y asociaciones culturales varían, pero mantienen la misma esencia. Al ser productos de la imaginación basados en elementos reales, poco a poco se exageran, se distorsionan y se enriquecen con nuevos elementos. Las leyendas sobre hombres lobo subsistieron en la era cristiana como consejos populares en distintas localidades aún sumidas en la magia y el paganismo. Sin embargo fue entre los siglos XVI y XVII cuando recuperaron una fuerza inusitada, cuando una serie de crímenes fueron atribuidos primero a las ya tan perseguidas y castigadas brujas, y posteriormente a quienes por medio de las artes mágicas, se transformaban en hombres-lobo para matar.


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El foco de este fenómeno fue Europa. En 1573, en Francia, se presentó el caso del asesino múltiple Gilíes Garnier, quien victimaba niños y comía sus cadáveres. Los lugareños aseguraban que para realizar sus crímenes cobraba la forma de un lobo. Lo más curioso fue el testimonio del propio Garnier cuando lo detuvieron; reconoció que sufría esa transformación y se le condenó a muerte... a pesar de que durante todo el proceso nadie admitió haberlo visto transformarse en lobo. Un caso similar fue el del alemán Peter Stubbe, afamado licántropo de Colonia, donde en 1589 mató y devoró a dos mujeres embarazadas y a trece niños (incluyendo a propio su hijo). Durante su juicio relató que el demonio le había otorgado un cinturón mágico que lo convertía en lobo. En esa etapa y ese continente hubo decenas de acusaciones por el crimen de licantropía, pero sólo cuatro hombres fueron llevados ajuicio entre 1520 y 1575. Entre las explicaciones que los acusados daban a los jueces, al preguntarles cómo se transformaban en lobos, argumentaban desde pactos con el Diablo, cremas mágicas, maldiciones desde la cuna, artilugios entregados por Satán, etc. El segundo gran motor de la leyenda fue
la cacería de brujas iniciada por la Iglesia Católica para desterrar los vestigios de las religiones paganas. El clero acusador aseguraba que las brujas se transportaban a sus festines montadas en lobos, y que los brujos, inspirados por el demonio, se transformaban en esos animales para atacar a las personas. De acuerdo con esas creencias -refiere el libro Rumbo a lo desconocido (Reader's Digest México, 1996)- si resultaban heridos, mostraban las lesiones al recuperar la forma humana.
Un supuesto caso de ese tipo ocurrió en 1588 en la región francesa de Auvernia. Un cazador enfrentó a un lobo, le cortó la pata y la echó en su saco. Horas después visitó a un noble para mostrársela pero cuando la sacó se había convertido en la delicada mano de una mujer con un anillo de oro. El noble reconoció la sortija: pertenecía a su esposa, quien se hallaba en la cocina tratando de controlar la hemorragia que sufría por una herida en el brazo. Fue quemada por bruja. Otro caso contemporáneo a éste nos remite al origen de la leyenda. En 1603 el pastorcillo adolescente Jean Grenier fue juzgado en Burdeos por devorar a varios niños y perros. En el interrogatorio, Grenier relató que un mago del bosque le había dado un ungüento especial y la piel de un lobo desollado. Le bastaba ponérsela para convertirse en lobo. Luego se supo, sin embargo, que estaba afectado por un trastorno mental y que esa historia, como muchas otras que narraba, era producto de su imaginación delirante. Los editores del libro Rumbo a lo desconocído de Reader's Digest, aseguran que la ola de enajenados que creían ser lobos (y quienes decían verlos) se explica por el consumo del cornezuelo (Claviceps purpurea), un hongo del grupo de los ascomicetos que crece entre el centeno y tiene propiedades enteógenas; es decir, produce alucinaciones, situación que podría explicar las visiones en aquellos mismos tiempos.

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• Aproximación.

La leyenda siguió su camino en periodos más o menos fértiles que completaron la caracterización de este mito masculino. De acuerdo con ella un hombre se convierte en lobo si ingiere plantas relacionadas con ellos, bebe agua del mismo estanque donde abrevan, se cubre con la piel de uno de ellos, se desnuda bajo la luna llena, practica la magia, es el séptimo hijo de una familia y no es bautizado -el caso del lo-bizón, hombre lobo de la mitología guaraní-, tiene relaciones sexuales con un hombre lobo o recibe la mordedura de éste. Resistentes a todo tipo de ataques en las noches de luna llena, la única forma de exterminarlos es dispararles con una bala de plata, golpearlos tres veces en la nuca o hacerlos derramar tres gotas de sangre.
¿Qué nene que decir la ciencia al respecto? Ningún científico respetable puede avalar la transformación de un hombre en lobo y por eso su enfoque se ha centrado en la creencia del propio sujeto presuntamente transformado como síntoma de un trastorno psiquiátrico, lo cual alcanzó a vislumbrarse en el caso de Jean Grenier. Tras la postulación de la teoría psicoanalítíca de Sigmund Freud, los progresos en el conocimiento de la personalidad y sus patologías tomaron un curso acelerado, especialmente tras publicar el análisis de
uno de sus pacientes en su libro "Historia de una Neurosis Infantil'', donde se encontraba "El hombre de los lobos". Los psiquiatras consideraron que la teriantropía, la supuesta habilidad de un hombre para tomar forma animal, está asociada con la psicosis severa, lo que antes se llamaba genéricamente "locura" y es, en esencia, la pérdida de contacto con la realidad. Los médicos centroamericanos Ramiro Coello-Cortés, Rolando Machado, Carlos Nolasco y Sin Lara de Ayestas nos dan luces al respecto en su ensayo Ucanüvpía: tratamiento exitoso con litio del primer caso informado en Honduras, publicado en la Revista Médica Hondurena (Vol. 51-1983).
El caso que motivó su indagación fue el de una mujer de 25 años convencida de ser
miembro de los cánidos, entre perra y loba. La paciente, esquizofrénica, se tiraba al suelo para caminar con pies y manos, imitaba la conducta de los animales salvajes y, continúan los doctores, "manifestaba ideas delirantes secundarias diversas. Refería que era un animal (ladraba, imitaba y gritaba como varios animales); decía que venía a salvar al mundo; que era hija de una perra; que había fallecido y resucitado; que tenía poderes obtenidos de sus padres y que sus hijos tenían 100 años". En la discusión del caso los expertos hablan de los ejemplos de pacientes licántropos en otros siglos y enumeran casos legendarios, como la conversión del rey Nabucodonosor que se menciona en la Biblia. Los doctores los identifican como enfermos mentales y explican la actitud de la sociedad donde aparecen: "Con frecuencia, la conducta de estos pacientes es tan aberrante, agresiva, destructiva y completamente caótica, que suele llevar al vulgo a cazarlos como verdaderos animales y a los profesionales a clasificarlos como esquizofrénicos". El diagnóstico de la mujer hondurena
fue manía, trastorno mental que se define como "una elevación anómala del estado anímico". Los médicos la trataron con fármacos a base de litio y la mayoría de los síntomas, incluyendo la conversión imaginaria en fiera, desaparecieron. En el ámbito psiquiátrico también se identifica a la licantropía como una desviación sexual, una forma de sado-masoquismo en que el individuo se cree lobo o vampiro y llega a herir a su pareja.
La interpretación más amplia de esta situación, como la contenida en el ensayo Lycanthropy-psychopatho lógica I and psy-chodynamical aspects, elaborado por expertos de la Universidad de Hannover, Alemania, asegura que "puede tratarse de un intento de proyectar afectos reprimidos, especialmente de contenido agresivo y sexual, a través de la figura del animal", lo que claramente pasó en los siglos donde aumentaron desmedidamente los casos de ataques de hombres lobo, aunque, tal y como sucede con la transformación de un "Lycan", la agresión sexual o no se pudo comprobar o, simplemente, no fue objeto de investigación.


• Elemento cultural.

Como hemos visto en este breve repaso, los hombres lobo han tenido un decidido impacto cultural por varios siglos y han generado diversas reacciones en las comunidades, que van desde el temor supersticioso, desprovisto de razones reales, hasta el rechazo a los enfermos mentales, pasando por el peso de rumores que cíclicamente reaparecen con detalles y en contextos distintos. Hoy no se habla ya de la realidad objetiva de los hombres lobo, asimilados más bien en el repertorio de las criaturas fantásticas, pero surgen nuevos seres imaginarios, como el chupacabras, que
cumplen la misma función cultural. Es curioso, en ese sentido, lo que explica la Encydopaedia Brítannica en su artículo Werewolf. en las zonas donde no hay lobos, surgieron mitos sobre conversiones humanas en animales comunes del lugar, como guepardos y tigres. El lector interesado en estas derivaciones puede ver la película Car People (hay dos versiones, una de 1942 y otra de 1982, dirigidas respectivamente por Jacques Toruneury Paul Schrader), que presenta la historia de hombres y mujeres quienes pueden convertirse en panteras.


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La licantropía aparece, sin embargo, en algunas leyendas urbanas. Con la irresponsabilidad que caracteriza a muchos sitios web, la página starlorsummers.buzznet.com refiere una de acuerdo con la cual una de las cadenas de tiendas de ventas minoristas más grandes del mundo fue fundada y está dirigida por
hombres lobo. Según este descabellado relato, el fundador se entregó al ocultismo para propiciar el éxito de su negocio; halló en Francia un antiguo volumen donde aparecía el sortilegio para realizar la transmutación de hombre en lobo y lo compartió con los ejecutivos de la compañía. La misma leyenda asegura que, en la década de 1980, varios clientes de esos establecimientos avistaron hombres lobo en pasillos y estacionamientos. Aunque esta historia suene absolutamente falsa, refleja los mecanismos por medio de los cuales que surgen las leyendas: un rumor convertido en tradición oral que cobra aires de veracidad a a medida que es repetida. Otra nueva leyenda urbana un poco más imaginativa, citada en elsitio www.ehow.com, nos instruye sobre cómo convertirnos en hombres lobo en diez pasos. El método incluye sacrificar, comerse el corazón y beber la sangre de un lobo, usar como amuleto su diente canino izquierdo y darse baños de luna llena.
Más que en esas anécdotas pobres y mal planteadas, el análisis del impacto de los hombres-lobo ha de ver en su leyenda una rica materia prima que se ha aprovechado en distintas expresiones culturales con tanta vigencia como para que hoy día formen parte de la imaginación colectiva junto con otros personajes como el Conde Drácula y la momia que resucita. Aunque sus primeras apariciones literarias se remontan a la Edad Media, el mayor desarrollo de éstas ocurrió a partir del siglo XIX, en el ámbito de la novela gótica, antecedente de las novelas y el cine de terror. En esa etapa, el licantropo se convirtió en una metáfora sobre la ambigua personalidad del hombre en permanente riesgo de manifestar la brutalidad y violencia de las fieras. En The Penguin Encyclopedia of Horror and the Supernatural, el investigador literario Jack Sullivan afirma que el mito del hombre lobo está presente en El extraño caso del doctor Jekyllyel señor Hide (1886), el relato de Robert Louis Stevenson sobre un hombre dividido en dos facetas: una amable y constructiva y otra violenta y criminal.
En el siglo XX, la figura fue ampliamente divulgada por la industria del entretenimiento a partir de la película Werewolfin London, 1935, dirigida por Jack Pierce a la que se agregarían decenas más. En los años cincuenta surgieron las primeras derivaciones literarias del mito orientadas al público juvenil, como el relato Prínce Caspian, perteneciente al ciclo Las Crónicas de Narnia, de C. S. Lewis. A ese grupo de edad se enfocaron, décadas más tarde, distintas animaciones o cómics japoneses. La leyenda del hombre lobo se abrió camino en plataformas muy diversas: series de televisión, juegos de video, videos musicales y canciones populares. El j amplio horizonte cultural de los hombres lobo se completa con su aparición en disfraces y máscaras de Halloween, que divierten a muchos pero ya no asustan a nadie.
En el moderno mundo de la conservación ambiental los lobos ya no son vistos como peligrosos enemigos a vencer, sino como una especie vulnerable que urge salvaguardar.
En los miles de años que abarca la vida de la leyenda, el ser humano se ha revelado como un depredador más voraz que el canis lupus, así lo confirma la famosa cita del filósofo político Thomas Hobbes en su libro Leviatán (1651): "el hombre es el lobo del hombre" (Homo Homini Lupus). El antiguo sueño de adquirir los poderes de un animal hermoso, fuerte y ágil se ha disipado dejando su lugar a la muerte industrializada de la carrera armamentista y su masivo poder destructor. En ese sentido la licantropía se ha vaciado de su sentido original. Sin embargo, desde nuestro presente podemos aquilatar de una forma alternativa su impacto cultural. Aun en sus derivaciones más cómicas e insustanciales del presente, la leyenda de los hombres lobo es un excelente ejemplo de la continuidad generacional de la imaginación y de la significativa influencia de los mitos en las más diversas épocas, latitudes y tradiciones. Hay que estar preparados para no temblar cuando escuchemos los profundos aullidos en las próximas noches de luna llena.

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viernes, 9 de abril de 2010

Guillermo de Ockham: La navaja de Ockham

por sahmael 

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Guillermo de Ockham, también Occam o varias otras grafías (c. 1280/1288 – 1349), fue un fraile franciscano y filósofo escolástico inglés, oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey, cerca de East Horsley. Como franciscano, Guillermo estaba dedicado a una vida de pobreza extrema. Occam murió a causa de la peste negra.

Ockham se unió a la Orden Franciscana siendo aún muy joven y fue educado primero en la casa franciscana de Londres y luego en Oxford. No completó sus estudios en Oxford, pero fue durante este periodo y los años inmediatamente siguientes cuando escribió la mayoría de las obras filosóficas y teológicas sobre las que descansa primordialmente su reputación.

Sus ideas se convirtieron muy pronto en objeto de controversia. Tradicionalmente se ha considerado que fue convocado a Aviñón en 1324 por el Papa Juan XXII acusado de herejía, y pasó cuatro años allí bajo arresto domiciliario mientras sus enseñanzas y escritos eran investigados, si bien esto ha sido recientemente cuestionado. De hecho, puede haber sido enviado a Aviñón en 1324 para enseñar filosofía en la prestigiosa escuela franciscana, y se ganó enemigos entre sus competidores académicos, especialmente los seguidores de Tomás de Aquino (que había sido canonizado por Juan XXII un año antes de la llegada de Ockham), alguno de los cuales acusaron a Ockham de enseñar herejías. Hay evidencias de que no fue hasta 1327 cuando fue realmente convocado ante el Papa para responder por los cargos presentados antes por una comisión de expertos (sin representación franciscana), pero ningún arresto domiciliario siguió a este ejercicio, no emitiendo juicio alguno el Papa. Algún tiempo después del 9 de abril de 1328, ante el ruego de Miguel de Cesena, dirigente de la Orden franciscana, Ockham estudió la controversia entre los franciscanos y el Papado sobre la doctrina de la pobreza apostólica, que se había convertido en principal para la doctrina franciscana, pero que era considerada dudosa y posiblemente herética tanto por el Papado como por los dominicos. Ockham concluyó que el Papa Juan XXII era un herético, posición que defendió más tarde en su obra.

Antes de esperar al dictamen sobre la herejía u ortodoxia de su filosofía, Guillermo huyó de Aviñón el 26 de mayo de 1328 dirigiéndose a Pisa con Miguel de Cesena y otros frailes. Finalmente conseguirían la protección del emperador Luis IV de Baviera. Tras su huida de la corte papal, Ockham fue excomulgado, pero su filosofía nunca fue oficialmente condenada. Guillermo pasó gran parte del resto de su vida escribiendo sobre asuntos políticos, incluyendo la autoridad y derechos de los poderes temporal y espiritual. Se convirtió en el líder de un pequeño grupo de disidentes franciscanos en la corte de Luis en 1342, tras la muerte de Miguel de Cesena.

Murió el 9 de abril de 1347 en el convento franciscano de Múnich, a causa de la peste negra. Fue rehabilitado póstumamente por la Iglesia oficial en 1359.



Ockham ha sido llamado «el mayor nominalista que jamás vivió» y junto con Duns Scoto, su homólogo en el bando realista, una de las dos «mentes especulativas más grandes de la edad media», así como «dos de los metafísicos más profundos que jamás vivieron» (Perice, 1869). Una importante contribución que hizo a la ciencia y cultura intelectual modernas fue mediante el principio de parsimonia en la explicación y construcción de teorías, lo que llegó a conocerse como «Navaja de Ockham». Esta máxima, según la interpretó Bertrand Russell (1946, 462—463), establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla. Es decir, siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables.

Pionero del nominalismo, algunos le consideran el padre de la moderna epistemología y de la filosofía moderna en general, debido a su estricta argumentación de que sólo los individuos existen, más que los universales, esencias o formas supraindividuales, y que los universales son producto de la abstracción de individuos por parte de la mente humana y no tienen existencia fuera de ella. Ockham es considerado a veces un defensor de conceptualismo más que del nominalismo, ya que mientras los nominalistas sostenían que los universales eran meros nombres, es decir, palabras más que realidades existentes, los conceptualistas sostenían que eran conceptos mentales, es decir, los nombres eran nombres de conceptos, que sí existen, aunque sólo en la mente.

Ockham es también cada vez más reconocido como un importante contribuyente al desarrollo de las ideas constitucionales occidentales, especialmente las de gobierno de responsabilidad limitada. Los puntos de vista sobre la responsabilidad monárquica expuestos en su Dialogus (escrito entre 1332 y 1347) tuvieron gran influencia en el movimiento conciliar y ayudaron al surgimiento de ideología democráticas liberales.

En lógica, Ockham trabajó hacia lo que más tarde se llamaría Leyes de De Morgan y consideraría lógica ternaria, es decir, un sistema lógico con tres valores de verdad, un concepto que sería retomado en la lógica matemática de los siglos XIX y XX.

En Derecho se atribuye a Ockham, en el contexto de la querella de la pobreza del Papa Juan XXII con los franciscanos, la introducción o invención del concepto de derecho subjetivo, como un poder correspondiente a un individuo (Opus nonaginta dierum). Ello sin perjuicio de que se discuta su previa aparición en Tomás de Aquino o en el Derecho romano.

Se considera que todo el desarrollo posterior, que alejó la teoría del derecho del derecho natural se debe en gran parte a la teoría nominalista de Ockham. Dado que no se puede establecer con certeza la esencia de un ser, igual que de un ser humano, es imposible desprender de ella derechos. Se puede destacar a pensadores como Thomas Hobbes y John Locke.


* Scriptum in quatuor libros Sententiarum. Contiene el Ordinatio y Quaestiones in II, III, IV Sententiarum (1318 - 1323).
* Expositio aurea super totam artem veterem: Expositio super Porphyrium; Expositio super Librum Praedicamentorum; Expositio super duos Libros Perihermeneias; Expositio super duos Libros Elenchorum (después de 1318).
* Tractatus de praedestinatione et praescientia Dei et de futuris contingentibus (1318 - 1323).
* Logica maior o Summa logicae (1324 - 1328).
* Elementarium logicae o Logica media.
* Logicae tractatus minor.
* Quaestiones in octo libros physicorum, (antes de 1327, probablemente 1324).
* Philosophia naturalis sive summulae in octo libros physicorum, (1324).
* De successivis (hacia 1324, pero algunas informaciones la consideran como obra dudosa).
* Questiones earumque decisiones.
* Quodlibeta septem (antes de 1327).
* Tractatus de corpore Christi o Tractatus primus de quantitate (después de 1323).
* Tractatus de Sacramento Altaris o Tractatus secundus de quantitate (después de 1323).
* Centiloqium theologicum (obra dudosa).
* De principiis theologiae (obra dudosa).
* Opus nonaginta dierum (1330-1332).
* De dogmatibus papae Johannis XXII
* Contra Johannem XXII"
* Compendium errorum Johannis papae XXII"
* Tractatus contra Benedictum
* An princeps, pro suo succursu, scilet guerrae, possit recipere bona ecclesiarum, etiam invito papa (escrito entre 1338 y 1339)
* Dialogus inter magistrum et discipulum de imperatorum et pontificum potestate o Dialogus in tres partes diatinctus (1342-43).
* Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus usurpato (1339 - 1340)
* Epistola defensoria.
* Epistola ad Frates Minores
* Octo quaestionum decisiones super potestatem Summi Pontificis (después de 1339).
* De jurisdictione imperatoris in causis matrimonialibus.
* De electione Caroli IV (última obra).


Navaja de Occam

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La navaja de Occam (navaja de Ockham o principio de economía o de parsimonia) hace referencia a un tipo de razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta. El postulado es Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem, o «No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias».

Es un principio atribuido al fraile franciscano inglés del siglo XIV Guillermo de Ockham que forma la base del reduccionismo metodológico. Este principio ya formaba parte de la filosofía medieval aunque fue Occam quien utilizó este principio de forma filosófica.

Pluralitas non est ponenda sine neccesitate o la pluralidad no se debe postular sin necesidad. En su forma más simple, el principio de Occam indica que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando dos explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible. Si un árbol achicharrado está caído en tierra, podría ser debido a la caída de un rayo o debido a un programa secreto de armas del gobierno. La explicación más simple y suficiente es la más probable —mas no necesariamente la verdadera—, según el principio de Occam. En el caso del árbol, sería la caída del rayo. Por ejemplo, si uno se encuentra en una ciudad y escucha galopar, probablemente se trate de caballos o cebras, pero se debe optar por considerar que son caballos.

Esta regla ha tenido una importancia capital en el desarrollo posterior de la ciencia.



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El principio de la Navaja de Occam se utiliza fundamentalmente como complemento de las leyes de la lógica, con el fin de evitar el pensamiento mágico. Según este principio, siempre que se encuentren varias explicaciones a un fenómeno, se debe escoger la más sencilla que lo explique por completo.

Por ejemplo, para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:

1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el rabito por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
3. Una tormenta a su paso tiró la manzana.

Todas estas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental, pero el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como la más probable, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.

La teoría de la navaja de Occam se aplica a casos prácticos y específicos, englobándose dentro de los principios fundamentales de la filosofía de la escuela nominalista —fundada por el propio Ockham— (conocido en su época como «venerable principiante») que opera sobre conceptos individualizados y casos empíricos.

En economía, el argumento de la navaja de Occam se utiliza en la teoría microeconómica del comportamiento del consumidor. Al no ser necesaria la utilidad cardinal, sino sólo la ordinal para explicar su comportamiento, se escoge esta última, por ser la explicación más sencilla de las dos.

En lingüística, el argumento de la navaja de Occam fue utilizado para revisar la adecuación explicativa (problema de adquisición del lenguaje) del modelo de Aspectos de una teoría de la sintaxis de la gramática generativa de Noam Chomsky. Siguiendo su postulado, la teoría pasó de sostener la adquisición del lenguaje por medio de un gran número de reglas complejas a explicarlo por la existencia de unos pocos principios parametrizables (principios y parámetros, programa minimalista). Esto es muy discutible, ya que la propuesta de Chomsky es racionalista, frente al empirismo propuesto por los seguidores de los postulados de Occam.

En teología, Guillermo afirmó que no es necesario postular más entes de los necesarios:

"[...] en teología, no postular más que aquellos que exija el dogma;en filosofía (metafísica), aquellos que la razón necesite".

Algunos creacionistas sostienen que la navaja de Occam puede ser usada para defender la teoría del creacionismo frente a la evolución. Después de todo, suponer que un Dios lo haya creado todo es aparentemente más simple que la teoría de la evolución.

Sin embargo, el sencillo algoritmo evolutivo –la selección natural– se basta por sí solo para explicar la evolución sin necesidad de multiplicar las causas. La navaja de Occam sirve pues para hacer innecesarios los llamados "ganchos celestes", es decir, las explicaciones extranaturales de los fenómenos naturales. De este modo, se rechaza situar a la entidad más compleja de todas (un Dios omnipotente) en el origen de toda vida en el Universo (o en el origen del propio Universo); al contrario, se busca el principio más simple capaz de generar complejidad.

Ante la creciente complejidad de los equipos y los sistemas de la informática, se ha desarrollado un principio llamado KISS «Keep it Small and Simple» o «Simplifica y funcionará», sobre todo en relación con páginas y portales de internet. A veces, también se traduce como «Keep it simple, stupid!» («¡Mantenlo simple, estúpido!»), en tono más informal, y haciendo alusión al doble sentido de la frase.

Perros negros

por elu_folk


El término 'perro negro', se utiliza para hacer referencia a apariciones de criaturas que según los testigos se asemejan a grandes perros negros, sin embargo a menudo también se utiliza como término genérico de apariciones caninas de otros colores y tipos. Estas apariciones se dan sobre todo en América y Sudamérica.
Normalmente se distinguen entre tres tipos de perro negro, aunque estas tres divisiones existen para poder clasificar algo a nuestra conveniencia, ya que algo tan extraño y desconocido es imposible de clasificar. Una vez más, ante lo desconocido, sólo podemos ser meros observadores.

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Tipo A. En Inglaterra y Norteamérica se le conoce generalmente y de forma local como 'Barguest', 'Striker', 'Padfoot' o 'The Hooter'. Estos son sólo algunos de los nombres utilizados para denominar a una criatura impersonal, con apariencia desconocida, pero que según los testigos podría ser un gran perro.

Tipo B.Se le conoce como 'Black Dog', Perro Negro, es siempre un perro negro. Parece ser que están asociados por algún motivo a un lugar o zona y siempre se aparecen en los mismos lugares. Algunas veces, momentos antes de su aparición, los testigos notan fenómenos extraños, como voces, apariciones fantasmales o sucesos difíciles de explicar.
En algunas zonas se les asocia con las apariciones de las brujas.

Tipo C. El tercer grupo de perro negro, es le más raro y más difícil de observar. Aparece con un ciclo del calendario, o cada ciertotiempo.


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¿Dónde se ven estas apariciones?

Las apariciones de extraños perros negros son extensamente conocidos en Gran Bretaña, especialmente en Inglaterra, y algunos consideran que es un fenómeno principalmente británico. Sin embargo, se ha demostrado que eso es totalmente falso, en todo el mundo hay constancia de apariciones de perro negro, pero donde más en Norteamérica, Sudamérica y Europa.
En cada zona son conocidos con nombres diferentes, pero al escuchar las historias todas tienen un gran parecido.

Los perros negros se asocian a menudo a un lugar o área en particular. Suelen aparecer cerca de lugares donde han ocurrido violentos sucesos o crímenes.
Normalmente se observan en entornos rurales, sepulcros, puentes y en zonas cercanas al agua como pozos, ríos, lagos etc..
Generalmente aparecen durante la noche, aunque algunos avistamientos han ocurrido en plena luz del día.

En algunos casos, el testigo se encuentra solo durante la noche y de pronto empieza a notar la sensación de que alguien lo observa, algo raro se nota en el ambiente, los sentidos están a flor de piel. Pueden escucharse algunas voces, pero nunca hay nadie. Incluso han llegado a notar que alguien los tocaba pero al girarse tampoco había nadie. Cuando todo parece tranquilizarse y el testigo cree que todo ha pasado, se escucha el trotar de sus patas, al poco rato el perro negro aparece delante del testigo, incluso puede atacarlo.

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Estos perros negros, se diferencian de los perros normales en su tamaño, en sus ojos y en su comportamiento:

Color: Generalmente negro, aunque también los hay blancos y grises.
Tamaño: Mucho más grande de lo normal. Su tamaño sería como el de un becerro grande.
Cabeza: Algunos han llegado a verlos sin cabeza o incluso con miembros de otros animales.
Ojos: Ardientes y llameantes, brillan intensamente en la oscuridad y son de un color rojizo.
Boca: Suelen tener una boca muy grande y llena de espuma. Desprenden un fuerte y desagradable olor y su respiración espotente y vaporosa.
Dientes:
 Sus dientes son largos y grandes.
Comportamiento: Se dejan escuchar antes, aparecen y desparecen ante los ojos atónitos de los testigos. Algunos llegan a cambiar de tamaño y de forma, convirtiéndose incluso en seres humanos u otro animal.

Apariciones
La primera aparición que se conoce fue en 1127, citado por McEwan en 1986. "Durante una jornada de caza muchos hombres vieron y oyeron una gran bestia, era negra, horrible y enorme, todos montaron en sus caballos para perseguirla. Sus ojos eran grandes y tenebrosos".
Fue visto en el mismo parque de los ciervos en la actual ciudad de Peterborough.

En otra ocasión:


"A principios de enero de 1905, pasadas las siete de la tarde. Vi repentinamente un animal que se parecía a un perro muy grande, de color negro, apareció de pronto, como de la nada y atravesó el camino acercándose hacia mi, pensé que era el perro del cura. Decidí llamarlo para llevarlo hasta su hogar, cuando empezó de pronto a cambiar de forma, se convirtió en una bestia, sus enormes ojos brillaban intensamente. Por unos instantes me quedé asombrado, paralizado, no podía reaccionar, cuando de repente desapareció."

Otro caso citado por McEwan (1986).


"Mi encuentro ocurrió en un atardecer de verano, intentaba dormir pero no podía, me asomé a la ventana y me quedé observando la noche, relajada. Al cabo de unos instantes apareció un descomunal perro negro paseándose delante de la casa.Era horrible, sus ojos rojos eran enormes y su respiración fuerte, cuando pasó delante de mi ventana, se paró y me miró fijamente, luego desapareció."

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